miércoles, 20 de febrero de 2013

El papa dimite.


   
     En una decisión histórica, cuyos precedentes hay que buscarlos siete siglos atrás, el Papa alemán anunció este lunes su renuncia al pontificado, que quedará vacante a partir del 28 de febrero. “Para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio”, dijo en latín, por sorpresa, durante una ceremonia de canonización en la Santa Sede, “es necesario el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que en los últimos meses ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”.

      La decisión fue difundida por Twitter una hora antes de decirlo. Parece ser que tiene problemas de salud, aparte de los problemas ya conocidos con el Vaticano.

     El papado de Benedicto XVI ha estado caracterizado por las luchas internas en el Vaticano para limpiar la iglesia de pederastas y banqueros corruptos.

     El portavoz del Vaticano descartó la posibilidad de que Ratzinger pueda interferir en la labor del nuevo pontífice. El cónclave se celebrará a lo largo del mes de marzo, y son 110 los cardenales con posibilidad ser elegidos —el resto, hasta 209, tienen más de 80 años y por tanto no pueden aspirar ya a la silla de Pedro—. Y, aun en medio de la sorpresa, ya circulan las primeras quinielas, destinadas posiblemente a no cumplirse.

    Los que más suenan son el italiano Scola, el canadiense Ouellet y el austriaco Schoenborn.
  

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