miércoles, 24 de abril de 2013

¿Ciencia o dinero?


   ¿Era España, hace unos pocos años, un país opulento que podía permitirse el lujo de la ciencia? Muchos pensaban que era un país que miraba al futuro. Hasta que llegó la crisis. El Gobierno está ahogando la ciencia española con recortes drásticos de la financiación, parálisis de programas que hasta hace poco venían desarrollándose con normalidad, aplazamientos de convocatorias de contratos que, en realidad suponen cancelaciones, y reducción de becas y de apoyo a los jóvenes científicos que provocan la fuga de cerebros. Os presento esta información destacada de un artículo del periódico “El País”.
   Malos tiempos para la ciencia en España. Y no solo para la que se desarrolla en los laboratorios, universidades y centros de investigación. También se está ahogando todo el conglomerado de actividades de divulgación, educación y difusión del conocimiento científico, esa asignatura pendiente que se había empezado a superar. “La ciencia es un artículo de primera necesidad para un pueblo, es un alimento básico de la colectividad para poder construir el futuro, para poder hacer investigación e innovación, para poder producir, y la divulgación científica es un alimento de la sociedad para construir una democracia auténtica”, advierte Ramón Núñez, director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT). En principio, todos de acuerdo, pero, cuando llegan las vacas flacas, lo que parecía una necesidad se convierte en secundario y prescindible. Derek Bok dijo: “Si cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”
   Unas 300.000 personas (de ellas, 90.000 escolares) visitan cada año el museo científico Cosmocaixa en Alcobendas (Madrid). Ahora está en el aire. “La Obra Social La Caixa ha decidido reorientar su programa Ciencia en Sociedad en la Comunidad de Madrid con el objetivo de llegar a un mayor número de público de manera más eficiente, decisión que implicará el cierre del Museo de la Ciencia Cosmocaixa, en Alcobendas, antes de final de año”, declara un portavoz de la entidad. Su museo de Barcelona recibe 800.000 visitas al año, destaca. En resumen, que recortan en ciencia las Administraciones públicas, pero también el sector privado.
¿Tan negro es el panorama? Entre 2009 y 2012, la financiación de la I+D cayó más de un 31% (subvenciones), pasando de 4.174 millones de euros a 2.860. En 2013, el recorte es de un 13,9%, según datos de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce). Encima, los presupuestos se quedan en gran parte sin gastar, lo que significa que el dinero invertido es menos aún.
    España ha pasado de ocupar el noveno lugar mundial por número de publicaciones científicas al décimo (India se ha colocado por delante). Pese a todo, hay algún dato positivo: aumenta el número de científicos españoles que compiten por los fondos del Consejo Europeo de Investigación (ERC) y logran más proyectos (44 en 2012, frente a 31 en 2009). Pero los expertos advierten de que estos resultados positivos se deben a la inercia del sistema, que responde al esfuerzo de los años pasados.
    "El retraso que se está produciendo es bastante preocupante en el sentido de que los demás países están avanzando y nosotros nos quedamos atrás”, señala Elías Fereres, ingeniero y expresidente del CSIC. “No es que se pierda del todo el tren, pero se cambia de vagón a uno de más atrás”. Y las dificultades no se limitan a la investigación científica, señala este hombre. “También el desarrollo tecnológico -añade Fereres- se resiente porque las dificultades de las empresas para conseguir financiación tienen efectos muy negativos incluso a largo plazo; la limitada tendencia que se estaba creando, se frena”. "La máquina se va parando porque no se alimenta", apunta el astrofísico Javier Armentia y recuerda que cuesta más empujar un coche que está parado que hacer que se mueva más rápido uno que anda, aunque sea lentamente.

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