lunes, 22 de abril de 2013

El último sueño de Steve Jobs.

     La última aparición pública de Steve Jobs no fue para presentar ningún tipo de aparato revolucionario como los que nos tenía acostumbrados. Fue para crear una ciudad. Cuatro meses antes de morir, tuvo fuerzas para ir hasta el Ayuntamiento de Cupertino y, ante la incredulidad del público, presentar, delgado y demacrado, pero con la misma convicción de siempre, “el mejor edificio de oficinas del mundo, que visitarán los estudiantes de arquitectura”.

Logotipo de la empresa Apple.
     Los dibujos mostrados rompían con todo lo visto hasta entonces en Silicon Valley, plagado de edificios anodinos, perfectos por dentro, impersonales por fuera, con grandes aparcamientos en superficie rodeados de césped y arbolitos hasta donde llega el riego artificial. El sueño de Jobs era, una vez más, romper con lo establecido. Su proyecto es una especie de nave espacial descomunal, con capacidad para albergar a 12.000 personas. Una maravilla encargada al arquitecto Norman Foster.

     Pero la maravilla del edificio no se queda ahí. Con cuatro pisos de altura y 252.000 metros cuadrados de superficie total, es como dos tercios del tamaño del Pentágono. Solo el comedor principal tendría espacio para 3.000 comensales a la vez.

     Aun con todo este despilfarro de material, Jobs quería que su sede fuera un modelo de sostenibilidad. El objetivo era generar toda la electricidad que consumiera y que todo el lugar se pareciera menos a un complejo de oficinas y más a un refugio de la naturaleza (700.000 metros cuadrados de paneles solares, suficientes para generar ocho megavatios de energía, que podría abastecer a 4.000 hogares, y se plantarán 15 hectáreas de pastizales autóctonos y 309 especies diferentes de árboles... etcétera).

     Pero desde aquel 7 de junio de 2011 a hoy, el presupuesto prácticamente se ha doblado: de los iniciales 2.073 millones de euros a 3.840 millones, y aún no ha comenzado el movimiento de tierras. En la reunión de febrero se oyeron algunas críticas. De entrada, se pidió recortar 1.000 millones. Pese al aumento de lo presupuestado, esos 3.840 millones no llegan ni al 5% del dinero que Apple tiene en efectivo, más de 106.000 millones de euros. 

     Con todo, el dinero no es problema para la empresa. El complejo Apple  fue ideado inicialmente para albergar la sede central de su empresa Aple, y fue soñado por Jobs como cualquiera de sus productos: buscando la perfección del diseño sobre la comodidad. Actualmente, la empresa ya dispone de una sede en California, y muchas ás alrededor de todo el mundo. ¿Realmente era necesaria la inversión de tan desorbitadas cantidades de capital en una nueva? En este caso al igual que con el resto de productos de Aple diseñados por Jobs, la estética parece triunfar sobre la productividad, en vez de un gran lugar para trabajar, se parece más a un objeto, al igual que el iPhone es un objeto.

     Los datos para ejemplificarlo hablan por sí mismos: Jobs no quería rozar sus manos con costuras y desniveles, quería la perfección. Por ello, cada plancha del techo, pared o piso ha de ser pulida para alcanzar una suavidad sobrenatural, toda la madera interior debe provenir de una especie específica de arce, con planchas sacadas del centro de sus corazones. El cristal abombado que forma las paredes exteriores deberá ser fabricado por una firma en especial , siendo aproximadamente seis kilómetros de cristal. En lugar de cemento liso, Jobs quería utilizar terrazo pulido que, normalmente, se reserva para museos y palacios. Incluso, antes de morir, insistió en los detalles de las juntas de las paredes y la manera de acabar los techos para eliminar las imperfecciones "tan antiestéticas que a veces dejan los andamios." Todo será construido  con  enorme tamaño y a gran escala.

Visualización de la futura nueva sede de Apple.

     ¿Se necesita un obra de tal embergadura para que la empresa tenga éxito? La forma de rosquilla y las alturas han levantado algunas críticas. También lo han hecho el presupuesto y la inmensidad y coplejidad del proyecto. En momentos en que Google y otros favorecen la planta única para poder añadir servicios, el círculo carece de esa flexibilidad, según algunos arquitectos. El futuro campus de Facebook, a pocos kilómetros de allí, será todo lo contrario a la rosquilla de Apple: una enorme línea recta de 400 metros de largo. Y para avivar aún más la polémica, todo esto sucede en el mismo momento en el que las acciones de Apple pasan por los niveles más críticos de su historia, mientras que otras empresas como Google están llegando a puntos nunca antes alcanzados.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario