lunes, 13 de mayo de 2013

"Fue como un estallido nuclear."

La nube de la explosión pudo ser vista a kilómetros
de distancia de la planta.
     La explosión de una fábrica de fertilizantes la noche del miércoles día 18 de abril ha acabado con la tranquilidad de una pequeña localidad texana, West. Sin un balance de muertes y heridos definitivo, fuentes policiales han asegurado que el accidente ha acabado con la vida de al menos 5 personas; ocasionado más de 160 heridos, y por lo menos 70 casas quedaron destruidas, según refiere la cadena norteaericana CNN.
     “No podemos confirmar el número de víctimas, lo que les puedo decir es que a estas horas seguimos buscando supervivientes. En este momento, la situación sigue siendo muy inestable en la zona afectada", ha explicado en rueda de prensa Jason Reyes, portavoz de la policía local.
     La detonación ocurrida a las 20.00 hora local en la planta Fertilizadora West, según informa el periódico digistal de El Pais, se pudo escuchar a más de 70 kilómetros de distancia y provocó un pequeño movimiento terrestre de 2,1 puntos en la escala de Richter, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. La mitad de la población fue evacuada por los humos tóxicos que salían de la fabrica. Los testigos describieron la explosión “como una gran onda expansiva destructiva”. "Las ventanas temblaron y mis hijos empezaron a gritar. La puerta me golpeó en la frente y todos los vidrios de las ventanas estallaron", relató Jason Shelton, un padre de familia de 33 años que vive a 1,6 kilómetros de la planta.
      “Realmente ha sido un escenario de pesadilla. Han sido 16 horas horribles para Texas, un Estado que por desgracia sufre este tipo de accidentes con demasiada frecuencia”, ha asegurado en rueda de prensa el Gobernador del Estado, Rick Perry.     
Fotografía extraída de Twitter que muestra la
magnitud de la explosión. El texto se refiere al
hashtag que se convirtió en lo más comentado
en twitter durante el acidente. Miles de personas
dieron su opinión del suceso.



     Los habitantes de West señalaron que los momento posteriores a la explosión fueron caóticos. En aquel momento todos intentaban huir. Y para empeorar las cosas sigue pendiendo la amenaza de que gas venenoso se haya liberado en la explosión y pueda provocar graves quemaduras o loa muerte. Un centro de tratamiento de emergencia instalado para atender a los heridos tuvo que ser desplazado por temor a verse afectado por el humo.
     Mientras, los equipos de salvamento y los bomberos peinan los edificios afectados, algunos reducidos a ruinas, como un bloque de 50 apartamentos situados cerca de la fábrica que ha quedado reducido a un esqueleto en pie.
     Se ha confirmado ya que entre cinco y quince personas han muerto, entre ellos bomberos y un policía, han perdido la vida pero la policía no puede determinar esta cifra porque hay más desaparecidos y todavía se está buscando a mucha gente entre los escombros. De hecho, agentes del orden van puerta por puerta comprobando que no falte nadie para poder establecer la magnitud de la tragedia.
     La devastación, según la policía, es total. Entre 50 y 75 edificios están totalmente destruídos y muchos se han visto afectados, por lo que agentes están trabajando para controlar el derribo de algunos inmuebles que se encuentran en muy mal estado.
     Sin embargo, aunque la situación está controlada, el peligro no ha terminado. La policía se ha mostrado muy preocupada de que el viento cambien y acerque nubes peligrosas a los núcleos de población.
Fotografía extraída de Twitter con el famoso hashtag.
Publicada por un espectador del accidente minutos
más tarde.
     Los oficiales compararon la región afectada con “una zona de guerra”, “West ya nunca volverá a ser lo mismo. El radio alrededor de la planta, unos 400 metros, ha sido totalmente arrasado, incluso, una escuela ha sido destruida”, han dicho las autoridades en la rueda de prensa. “La zona sigue siendo muy volátil”, explicó el ayudante del alguacil Matt Cawthon.
     Fuera del acontecimiento una de las dudas aún sin resolver es cómo pudo explotar la sustancia con la que se trabajaba en la fábrica (amoniaco anhidro), Pues bien, hoy podemos alimentar a un población de 7.000 millones de personas porque usamos de forma masiva fertilizantes nitrogenados. Éstos derivan del amoniaco que se forma a altas temperaturas a partir de nitrógeno del aire. El amoniaco, sin agua se denomina amoniaco anhidro y su combustión, iniciada en contacto con cloro, se produce a altas temperaturas, y si se encuentra dentro de un contenedor, la explosión puede ser inmensa. Como sucedió.

     Pero pese al desastre, no se han acallado las recriminaciones, ¿quién en su sano juicio pone una planta de fertilizantes cerca de viviendas? Este es uno de los puntos a debatir: cómo se ha podido construir una fábrica que trabaja con productos altamente inflamables cerca de bloques de viviendas, poniendo en peligro centenares de vidas inocentes Y otro es el de las nefastas medidas de seguridad tomadas en la planta que provocaron la tragedia. Sólo hay una respuesta a esta cuestión. Fueron insuficientes.


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