lunes, 13 de mayo de 2013

¿Volveremos a la peseta?


   ¿Volveremos a la peseta? Una pregunta que asusta por el mero hecho de que tengamos que formularla, ya que el proyecto europeo, a estas alturas, ya debería ser tan sólido que la desaparición del Euro o la vuelta a la antigua peseta de España fuese imposible.
   Sin embargo, pese a no ser ni recomendable ni el escenario más probable, es hoy más posible que nunca. Ya se habla abiertamente de que Grecia salga de la zona euro y vuelva a utilizar los Dracmas, por ejemplo.
   Si España abandonara el Euro para volver a utilizar la peseta, no se anunciaría con antelación, para evitar la fuga de capitales del país. Por tanto, de un día para otro los ahorros en euros de los bancos se cambiarían en pesetas, con la consecuente devaluación del ahorro, caída calculada en alrededor de un 40%, si bien estudios llegan a valorar la pérdida de poder de compra del  ahorro en pesetas en un 60%. Para dar tiempo al sistema monetario a poner en circulación la nueva peseta, los ahorros sufrirían un aislamiento temporal, para evitar los movimientos de capital hacia el extranjero o el aprovisionamiento de monedas euro en las casas.
   Al devaluar de forma dramática la nueva divisa española, siendo de golpe entre un 40 y un 60% más pobres respecto a nuestros vecinos ricos, el coste de nuestras exportaciones se reduciría de forma extraordinaria y nuestras empresas podrían exportar mucho más.
   El turismo sería el gran beneficiado, dado que a los extranjeros les sería mucho más barato gastar en España. Sin embargo no seríamos un destino turístico atractivo si el corralito produjera altercados sociales, lo cual es más que previsible. Esta mejora del número de visitantes, por tanto, no se daría a corto plazo.
   Además del efecto imprevisible que un cambio de estas dimensiones supondría, podemos citar como grandes desventajas:
  1. Aumento de los costes de las empresas, dado que importar productos como la energía sería mucho más caro. La caída del PIB podría ser brutal.
  2. Empobrecimiento del ahorrador español tradicional que no ha sabido o podido proteger adecuadamente sus ahorros.
  3. Un país endeudado en euros con un déficit enorme (nuestros ingresos son inferiores a nuestros gastos), que necesita ajustes, se vería expuesto a la bancarrota automática si sale de la Unión Monetaria.
   Mi opinión es que este escenario no acabará pasando. Sin embargo, no está de más que el ahorrador esté bien informado y tenga parte de sus ahorros diversificados en productos financieros que le protegen de la vuelta a la peseta, como fondos de inversión en divisas más fuertes que el euro, como el dólar o el franco suizo.

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