El tiempo avanza, las sociedades se desarrollan y la tecnología evoluciona, pero ese avance no es siempre en la dirección correcta; un ejemplo son las nuevas impresoras 3D. Estas nuevas maquinas son defendidas por algunos ya que según ellos son perfectas porque pueden crear de todo, pero en realidad las cosas no son blancas o negras como argumentan los que están en contra de ellas ya que lo que las hace perfectas también las convierte en un dilema moral: Por un lado abren la posibilidad de facilitar y salvar vidas; un ejemplo es la fabricación de una traquea humana que salvó la vida a una niña en E.E.U.U; pero por otro lado permiten a los usuarios la fabricación de casi cualquier cosa, desde una cuchara para desayunar hasta un rifle de asalto con su munición correspondiente.
Este debate se está caldeando en E.E.U.U, donde hace un par de semanas un joven universitario fabricó exitosamente una pistola con la impresora, que, tras probarla con munición real, funcionó perfectamente.
Tras esto, los planos de esa arma fueron publicados en Internet y toda persona con acceso a una de estas impresoras tuvo la posibilidad de crearse su propia arma. El gobierno americano, pasadas 72 horas, se decidió a retirar estos archivo de la red, pero ya había sido descargado más de 150000 veces; esto deja entrever otro problema: los gobiernos y las leyes se están viendo adelantados por la evolución de la tecnología, dejando ,y puede que ahora suene un poco fuerte, a los ciudadanos corrientes a merced de los poseedores de esta tecnología.
Desde nuestro punto de vista solo muy pocas personas deberían tener acceso a este tipo de máquinas porque el mundo y la sociedad actual aún no están preparados para tal avance; y solo cuando las leyes y gobiernos sean capaces de controlar su uso y su distribución podrán ser vendidas a personas corrientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario