El pasado miércoles 28 de mayo de 2013, se produjo una denuncia contra el delantero del Real Betis Balompié Rubén Castro por una presunta agresión sexual y malos tratos contra su ex-novia. Tras declarar ante el juez, el jugador ha sido puesto en libertad con cargos y con una orden de alejamiento hacia su ex-novia. Castro negó los hechos que se le imputan y su abogado mostró su plena confianza por la inocencia del jugador.
Otro caso reciente de abusos en el deporte se dio en el mundo del baloncesto. Al ex-entrenador del Cajasol, Manel Comas, se le ha abierto un proceso judicial por presuntos delitos continuados de abuso sexual contra dos chicas en 2008, durante su etapa como técnico del club. En este caso, las dos chicas víctimas del abuso padecían discapacidades psíquicas y tenían una diferencia de edad considerable con el autor de los abusos.
Estos dos claros ejemplos, al igual que muchos otros como el caso de Oscar Pistorius, muestran que el deporte guarda una cara oculta ante sus seguidores, que siempre trata de aprovecharse de los demas gracias a su posición e influencia en la sociedad. Por esta razón no se debe perdonar ninguna condena, juzgando el delito con igualdad, sin contar con ningún tipo de privilegio que se interponga entre la justicia y la verdad.
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