lunes, 17 de junio de 2013

Que me lo expliquen.

     Cuando se bloquea un ordenador hay que resetearlo. Aplicado a la vida misma, es algo así como que cuando surgen problemas hay que detenerse, reflexionar y comenzar a evolucionar mirando las señales que el entorno nos lanza. La cuestión actual no es quién gobierna, sino cómo lo hace. De lo que nos tenemos que preocupar es de la administración, del déficit público y la defensa de los derechos sociales, de la innovación, es el momento de la valentía, de la honradez, de la lucha contra todo tipo de corrupción y dejarnos de tonterías. De trabajar por conectar los intereses de toda la sociedad, y no la de unos pocos.

     Nos han engañado. De un modo u otro ya lo sabemos y algunas voces vienen denunciándolo: nos han engañado. Pero sepamos o reconozcamos una cosa, toda esta estafa ha tenido que servir de algo. Nos ha hecho despertar del sueño y el mundo idealizado en el que vivíamos y nos ha traído a la realidad, aunque de una manera quizás demasiado brusca y cruel.

     Se supone que la gente (como siempre tarde, no olvidemos que somos españoles por algo), reaccionará. Desde hace varios siglos, los gobiernos creían en en la utilidad de la felicidad pública (aunque ahora tampoco es que se molesten mucho por sacarnos una sonrisa). Creo haber oído hablar de que se estableció un Contrato social para equilibrar los intereses públicos y privados (se oye, pero no se ve por ninguna parte). Veo muchas veces en el telediario y escucho a los mayores hablar, y todos apuntan a lo mismo: ya no creen en el gobierno. Y algo mucho peor, no confían en la democracia. 

     Me da mucha pena, es más, me repugna, ver lo que están haciendo con nuestro país: pensar cómo van los servicios públicos como la sanidad, la educación o las pensiones. Lo que están haciendo con la ley de dependencia. Con la cultura. Con las prestaciones sociales. Con las infraestructuras. Con el desarrollo del país, de cada Comunidad Autónoa, de cada comarca, cada región y cada ciudad. Con la formación para nosotros, los estudiantes. Y es que esto nos afecta a todos. Esto: el robo. No se puede decir de otro modo.

     Nos falta sentido común para afrontar colectivamente este engaño. Nos están cabiando el mundo, volviéndolo más duro para los que menos tienen, y para que vivan mejor los que ya disfrutan de privilegios. ¿Qué razón soporta esto? ¿Qué manera de pensar está a favor de la injusticia, la indignidad, la miseria y la explotación? Aunque cueste reconocerlo, mucha mala gente camina por nuestro país, deseándole tan solo maldad para el que tiene al lado y riqueza para sí mismo. Y haciendo lo contrario de lo que predica. Doble moral. Hipocresía.



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