miércoles, 19 de junio de 2013

Un año para recordar.

     Ha llegado el momento de decirnos adiós. Ha pasado ya un año desde que me dirigí a vosotros por primera vez, y al llegar al final de esta maravillosa experiencia, quiero deciros que me ha encantado. Me ha encantado poder contaros noticias, poder compartir con vosotros mi opinión y me ha encantado que me leyérais.
     En la hora de la despedida, quiero agradecer a todos su ayuda, y dedicar esta última publicación a cada uno de los miembros del equipo por haberlo conseguido de una manera tan divertida. Por mi parte he cumplido todos mis objetivos.
     También dedicárselo a los protagonistas de este proyecto, vosotros, nuestros lectores. Ha sido un gran privilegio poder reflexionar, a partir de opiniones personales y demás, sobre el día a día del mundo que nos rodea, con vosotros. Espero que hayamos compartido algunas de ellas, y, de no ser así, haceros ver otro punto de vista. Cada línea, cada artículo, ha sido especialmente escrito con el cariño y la inocencia de una sencilla alumna de cuarto de la ESO sin intención alguna de molestar, sino de expresar sus ideas. Les pido, pues, que si creen que me he equivocado o no he estado a la altura, no lo atribuyan al grupo o a la falta de colaboración, sino a mis propias carencias. En todo caso, de mejor o peor manera, he intentado dar siempre lo mejor de mí.
    
     No soy periodista, si mucho menos, pero me gusta pensar que lo soy cuando llego a esta clase. La actitud es lo más importante. Mucha gente sostiene que en el periodismo, la verdad no existe. Que puede haber tantas verdades como interpretaciones de la realidad, todo depende de cómo se mire. Este pensamiento es una gran trampa, por supuesto que la verdad existe. Y nosotros hemos tratado de encontrarla en todo momento.
     Con la misma sinceridad os diré que espero que volvamos a vernos pronto. Lo más difícil de conseguir es el apoyo de los lectores, y creo firmemente que, quizás contando con más tiempo, lograríamos hacer algo grande. Aunque, evidentemente, para mi ya lo haya sido.
     Todos tenemos el deseo de hacer algo mejor, de aprender, de pogresar y de seguir creciendo. Estoy segura de que toda esta experiencia pueda ayudarnos en el futuro. Nunca es fácil despedirse: dejamos algo a lo que estamos habituados para pasar a cosas nuevas, y dejar todo lo que nos era familiar y conocido atrás.

Ahora cada uno de nosotros continúa con su camino.
Quién sabe cuando volveremos a encontrarnos...
¡o a leernos!
     Buscar nuevos horizontes es lo que la mayoría hacemos cuando llegamos a un punto en el que estamos seguros de que ha llegado el momento de hacer un cambio, y a veces es inevitable. Es difícil que una persona permanezca en un sólo lugar por mucho tiempo, y menos aún si es un curso académico. Es curioso que, por mucho que nos fastidien los profesores y nos incordien los exámenes, tarde o temprano lo acabamos echando de menos. Y llegará el día en el que  nos demos cuenta de que estamos viviendo la mejor parte, y tenemos que aprovecharla. 
     Sólo pretendo, con estas palabras, llegar al corazón de cada uno de los que me lean, y darles los más sinceros agradecimientos una vez más por haber colaborado. Gracias por su entusiasmo, por su dedicación al trabajo y sus ganas de hacer algo importante.
     Podéis estar seguros de que lo he hecho lo mejor que he podido y me llevaré esta experiencia conmigo.

     Con cariño,

     Carolina Menéndez Álvarez.

    


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